viernes, 9 de octubre de 2009

La aventura de ser maestro

Reflexiones de la ponencia del Maestro José M. Esteve, en la universidad de Málaga. El profesor aprende a través de ensayo y error, en verdad más en los niveles medio superior, en muchas ocasiones muchos de los que somos docentes en este nivel, somos profesionales sin un perfil pedagógico y en un principio al llegar a un aula improvisamos y caemos con cierta ansiedad, por ello en esta etapa la enseñanza es una profesión ambivalente que se disfruta y/o se goza, empezamos con la gran tarea de empezar a preparar clases, con los problemas de no conocer todos los contenidos de las asignaturas. Las actividades rutinarios producen aburrimiento en el docente, por lo que cada año independientemente que sean las mismas asignaturas el docente, debe de crear nuevas estrategias para conducirse. Se debe impulsar la inquietud, descubrir el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas. Para ello hay que abandonar las profesiones de fe en las respuestas ordenadas de los libros, hay que volver las miradas de nuestros alumnos hacia el mundo que nos rodea y rescatar las preguntas iniciales obligándoles a pensar. El docente poco a poco va generando su identidad profesional con base muchas veces en sus experiencias, con algunas características observadas en su época de estudiante, pero poco a poco van cambiando al menos ese debe ser uno de los objetivos en los sistemas educativos, el ir mejorando su ejercicio pedagógico y profesional en el sentido de no caer en la “obsolescencia”. Un profesor es un comunicador, es un intermediario entre la ciencia y los alumnos, que necesita dominar las técnicas básicas de la comunicación, hay que dominar los códigos y los canales de comunicación, verbales, gestuales y audiovisuales; hay que saber distinguir los distintos climas que crean en el grupo de clase los distintos tonos de voz que el profesor puede usar: un tono grave y pausado induce al grupo a la reflexión, mientras que si queremos animar un debate debemos subir algo el tono de voz... etc. Los profesores experimentados saben interpretar las señales gestuales que emiten los alumnos para regular nuestro ritmo de clase, y el dominio de éstas y otras habilidades de comunicación requiere entrenamiento, reflexión y una constante actitud de autocrítica para depurar nuestro propio estilo docente. El dominio de la regulación de la disciplina en el grupo, para mi es un arte, que se va puliendo con la experiencia, ya que no es de manera similar el como regular el comportamiento de la disciplina, los grupos difieren y por lo tanto la forma de resolver problemáticas ofrecen diferentes canales. El viejo supuesto, según el cual, “para enseñar una asignatura lo único realmente importante es dominar su contenido” encuentra en este campo su negación más radical. Entonces, el profesor descubre que debe atender otras tareas distintas a las de enseñar: tiene que definir funciones, delimitar responsabilidades, discutir y negociar los sistemas de trabajo y de evaluación hasta conseguir que el grupo trabaje como tal. Por último, nos queda el problema de adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de conocimientos de los alumnos. En esto considero que se debe de tener cuidado a que se refiere el adaptarse a los niveles de los alumnos, porqué en otra ocasiones muchos lo toman desde el sentido del lenguaje en el que se habla, yo creo que se debe de tener un léxico formal, que los alumnos poco a poco deber de poder comprender al establecer protocolos de comunicación al inicio de sesiones que ellos comprendan. Es posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente relevante, pues nuestra sociedad sólo valora el poder y el dinero; pero a mí me queda el desafío del saber y la pasión por comunicarlo. Me siento heredero de treinta siglos de cultura, y responsable de que mis alumnos asimilen nuestros mejores logros y extraigan consecuencias de nuestros peores fracasos. Y, junto a mí, veo a un nutrido grupo de colegas, en las zonas rurales más apartadas y en los barrios más conflictivos, orgullosos de ser profesores, trabajando día a día por mantener en nuestra sociedad los valores de la cultura y el progreso... entre ellos hay valiosos maestros de humanidad: hombres y mujeres empeñados en enseñar a sus alumnos a enfrentarse consigo mismos desde el preescolar hasta la Universidad. En México los medios de comunicación, se han encargado de generar un concepto negativo del ser maestro, con noticias que si es cierto hay muchos paros, es parte de una lucha en busca de beneficios, que desgraciadamente se valen de medidas de presión que afectan a terceros, y que los medios inyectan en la ideología de la población estos actos como un ,mal ejemplo, por consecuencia los comentarios de muchas personas devalúan al maestro; esta importante y loable labor de hombres y mujeres que día a día salen de sus casas y mucho más sufrido si se es maestro rural, que está en lugares apartados del país, con una serie de vicisitudes que conlleva trasladarse a sitios distantes, a ellos se les olvida y se les señala quizás inconscientemente, ya que mucha gente desconoce las situaciones y bretes que muchas veces les acaece, en su vida como docente rural. Se que hay mucho vicios y muchos males en el sistema educativo, pero debemos de enfrentarlos con proyectos y en comunión con los maestros, directivos, padres de familia, gobierno y sociedad, todos debemos de ser participes en una mejora de la educación en nuestro país, no solo culpar a los maestros de todo, pues en los resultados a beneficio y retroceso todos tenemos parte.

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